Si eres abogado principiante debes saber que una de las partes importantes en un juicio civil es cuando hay que realizar las conclusiones orales. Este es el momento en el que el abogado destaca sus habilidades de oratoria ante el tribunal y su propio cliente y debe hacer uso de ellas para exponer sus conclusiones tras la práctica de las pruebas y testimonios que se dieron en el juicio y que apoyan sus argumentos.

Las conclusiones orales que hagas pueden ayudar al juez a decantarse por una u otra sentencia por lo que hay que tener muy claro qué decir y cómo decirlo. En este artículo te damos unos valiosos consejos para que tus conclusiones orales estén bien trabajadas y sean eficaces para tu cliente.

 

Haz un guión y complétalo durante el juicio

Lo mejor es que hagas un esquema a modo de guión de las conclusiones finales que vas a defender, eso sí, debes completarlo añadiendo testimonios que den los testigos durante el juicio y con las pruebas que se presenten que apoyen tus argumentos. Este guión te permitirá recuperar el hilo de tu discurso si te pierdes y no recuerdas el tema sobre el que querías hablar a continuación. 

Ten en cuenta que tu tiempo de exposición de conclusión oral será de cinco o diez minutos tras la presentación de las pruebas y testigos. No te darán ni dos minutos, salvo excepciones, para que puedas escribir a penas nada mucho menos un esquema entero. Por lo que debes tenerlo de antemano y durante el juicio ir completándolo para tenerlo preparado cuando te corresponda dar tus argumentaciones.  Puede ser un guión más largo de una hoja, pero trata de que sea un esquema y no párrafos largos, ya que puede llevar a que acabes leyendo tu conclusión oral, lo que nos lleva al siguiente punto importante.

 

 

Nunca leas tus conclusiones orales

A ningún tribunal le va a gustar que leas tus conclusiones, es algo que debes evitar a toda costa. 

Una cosa es tener hecho un guión o esquema en el que puedas consultar y apoyarte, y algo muy distinto es leer reproduciendo párrafos enteros palabra por palabra literalmente unas conclusiones traídas de tu casa. Esto no se debe hacer por dos motivos importantes:

 

1.Porque la fase de alegaciones finales tiene el objetivo de realizar una valoración de lo que ocurre en el juicio, testimonios de testigos, presentación de pruebas etc. Si traes un texto de casa no incluirá todo lo que se desarrolla en la corte y por tanto será inservible. 

 

2.La finalidad de las conclusiones también es poder convencer al juez, y leyendo páginas solo conseguirás aburrirle. Tienes que tener en cuenta que en un abogado hay aspectos, como desarrollar una buena oratoria, que es fundamental para la profesión y hay que ponerlo en práctica. 

 

Estructura una exposición ordenada

Haz una exposición coherente y ordenada, haciendo siempre relación a los hechos y también a los argumentos jurídicos.

Es importante que tu exposición tenga un orden claro sin repetir puntos de los que ya hablaste y conducir los argumentos hacia la defensa de tu postura como la correcta siendo convincente. Para ello, el guión del que hablábamos será tu principal apoyo y es aconsejable que puedas incluir algunos de estos puntos:

 

1. Recordar los presupuestos exigidos legalmente, poniéndolos en relación con la prueba.
2. Tratar de resumir los hechos controvertidos que hubiera, vinculándolos con la prueba practicada.
3. Remarcar los hechos que durante el juicio se consideran probados y los que no.
4. Solicitar la estimación o desestimación de costas.

 

Además, trata de hacer referencia de forma conjunta en la medida que puedas tanto a las conclusiones sobre los hechos, como también al informe sobre los argumentos jurídicos en que se apoyan las pretensiones. Esta técnica es clave para conseguir hacer buenas alegaciones finales.

 

Dirígete al juez

Cuando hagas tus conclusiones orales mira siempre al tribunal. Trata de focalizar tu atención en el juez, ya que es a quien tienes que convencer de tus argumentos.

Es bueno que te ayudes del lenguaje corporal y trates de modular la voz, usando uno u otro tono de voz según sea necesario para poner énfasis en los argumentos, o uses los silencios de algunos segundos al poner en valor la importancia de alguno de los testimonios o pruebas que apoyen tu exposición.

 

 

Seguridad y determinación

Trata de estar seguro de ti mismo y transmitirás esa seguridad en tus argumentos al tribunal. Es importante que aparentes determinación en tu exposición y que no titubees, no dudes de algo que vayas a decir porque perderá la credibilidad.

Tu lenguaje y postura corporal te ayudará a conseguir transmitir esta seguridad, pero del mismo modo, ten cuidado de que un lenguaje corporal y una gestualidad inadecuados no te traicionen. Cuando gesticules, que sea poco pero de manera contundente y firme, aunque sin exagerar, todo en medida moderada.

 

Trata de no improvisar

Como ves, las conclusiones orales tienen que tener estar muy pensadas y la debes de tener interiorizada lo más que puedas. Es normal dejar un margen de posibles improvisaciones pequeñas, pero tienen que ser las menos veces posibles y que funcionen de la manera más natural. Lo mejor es que no se note que estás improvisando, ya que tus argumentos deben estar apoyados en las pruebas y testimonios expuestos.

 

Optimiza tu tiempo

Gestiona bien el tiempo que te va a llevar la exposición, ya que solo dispones de 5 a 10 minutos para argumentar todo lo que recopiles para tu oratoria.

Ten cuenta que aunque te permitieran más tiempo, siempre es mejor poco pero bueno. Y es que contra más conciso seas y menos te extiendas, también está mejor valorado, recuerda que no es buena idea aburrir al tribunal.

Ve al grano desde el principio y remarca lo más importante, no guardes las mejores argumentaciones para el final, por si te excedieras de tiempo y tuvieras que suprimir parte del final de tus conclusiones.  De esta forma, te aseguras de que el juez escucha lo más importante que debe valorar a favor de tu cliente.

 

 

Si pones en práctica estos consejos, vas a hacer cada vez mejores conclusiones orales y obtendrás resultados más eficaces. Aun en el caso de que no ganes el juicio, tu cliente valorará que hiciste lo mejor y te agradecerá tu buen hacer profesional.

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